Estimadas familias:
Este curso comenzó con mucha ilusión por volver a vernos y realizando muchos esfuerzos durante el verano para que la Escuela estuviera preparada para nuestra vuelta. Nos movía la empatía de las familias y la buena respuesta por parte de los alumnos, verdaderos protagonistas de nuestro Colegio.
Estoy realmente sorprendida, impactada y disgustada por los acontecimientos ocurridos estos últimos días. Yo pensaba que este curso ante la situación vivida en el confinamiento y todo lo que hemos pasado niños, familias y profesores íbamos a unir nuestras fuerzas para ir en una misma dirección.
Pero sorprendentemente, desde el primer día al regresar del confinamiento y al comenzar el curso se han puesto trabas en el funcionamiento del Colegio, el trabajo de los maestros y maestras y sobre todo de mi Dirección.
A lo largo de mis más de 12 años de cargo nada está siendo tan desagradable como que mi nombre, apellidos y firma circulen en grupos de wassap, plataformas y en documentos no comprendo con qué fin. Desconozco al autor de tan extensas páginas pues no firma su análisis tan controvertido y exhaustivo.
Me he considerado siempre una directora accesible, democrática y cercana a todas las familias a las que escucho y atiendo en todo momento. Nunca se han vetado actividades, sondeos o propuestas que pudieran favorecer a nuestra Escuela dentro de un perfil educativo. Nunca he cerrado las puertas de mi despacho a nadie. Jamás lo he hecho ni lo haré. Continuaré hablando con vosotros en la puerta, en la calle, en el barrio...
Las oficinas de la Escuela siempre están abiertas a quién lo necesita y se le atiende y atenderá con la mayor diligencia posible mientras yo sea la Directora. Así ha sido siempre y lo seguirá siendo.
Obviamente, siempre hay fallos pues nadie es perfecto. Pero siempre, siempre, hay que volver a empezar y más cuando se trabaja con niños. En el caso de los que amamos nuestra profesión son nuestra prioridad. No se debería emplear el tiempo con análisis enrevesados de situaciones que a unos gustan y a otros no. Por tanto yo no voy a dedicarme a ello. No es educativo.
Siempre he pensado que el ser humano tiene muchas capacidades y después de equivocarse debe hacer un borrón y cuenta nueva. Pero ante la falsedad, la mentira y el egoísmo es muy difícil volver a empezar.
En nuestro Colegio no usamos coacción, ni vulneración, ni suposición, ni conflicto, ni mentira, ni ilegalidad... no estamos para eso. El profesorado de nuestro Colegio está compuesto por profesionales con unos valores que fomentan la diversidad, la cultura, la igualdad, la aceptación y el compromiso. Por tanto estas palabras hirientes hacen mucho daño a las personas que dedican su vida a la educación.
Sorprende el motivo de tanto revuelo y por tanto, si realmente queremos trabajar por los niños éste no es el camino. Hagamos una reflexión todos y paremos este sinsentido. No es el momento y no es el lugar pues la escuela es un lugar de diálogo y colaboración.
La Directora, Cintia Larena